【编注:本文原文已被删除。】
原创 路LRH 流放地
昨天中国驻秘鲁使馆对作家巴尔加斯·略萨近日在发表在西班牙《国家报》的文章进行了强烈抗议。略萨的中文小说,因此被从当当等网站下架。
所以好奇略萨到底写了什么,找到这篇西语文章的英文版,试译如下,西语原文附后。

标题:《回到中世纪?》
作者:马里奥·巴尔加斯·略萨(MARIO VARGAS LLOSA)
2020年3月15日-欧洲中部 时间
刊于西班牙报纸《El País》
冠状病毒开始在西班牙造成严重破坏。这种来自中国的病毒引起的恐怖席卷了西班牙所有新闻、广播电台和报纸。学校和大学,图书馆和剧院都关闭了,西班牙瓦伦西亚法雅火节停办了,西班牙议会全体会议被取消了,转播商也说会将好体育赛事没有现场观众的准备,超市的货架上空了一半,人们已经采购了基本必需品,因为他们知道面临的将是长期关闭。人们在闲聊时,已经没有其他话题,谈论的都是这个。
实际上,所有这些都被夸大了,但毫无办法:西班牙害怕了,各级政府、整个国家和自治政府,暴露在可怕的疾病面前。相关措施日益严格。总的来说,西班牙人赞成严格的措施,甚至要求政府扩大范围和力度。令人高兴的是,官方统计数据显示,截至3月11日,因这种疾病死亡的仅仅47人,流感比它更具杀伤力,因为它每年至少造成600人死亡,并且从冠状病毒中康复的人数要比死于冠状病毒的人多。
统计数据永远无法安慰一个被恐慌啃噬的社会,这是一个很好的机会来验证它。在当今的文明世界,中世纪重新出现。中世纪之后,许多事情发生了变化,而也有许多事情没变。例如:对瘟疫的恐惧。顺便说一句,在集体恐惧时期,文学不可避免地会重生:当人们不了解正在发生的事情时,就会从书中寻求答案。阿尔伯特·加缪(Albert Camus)最糟糕的小说《瘟疫》(The Plague)就因此获得新生,在法国和西班牙都重新发行,那本平庸的书也再次成为畅销书。
如果中国是一个民主国家,而不是一个专治国家,那么这一切本就不会发生。
似乎没有人说这个:如果中国是一个自由民#主的国家,而不是一个专治国家,那么这一切都不会发生。至少有一位有名望的中国医生,或者可能是几位,检测出了这种病毒,但政府没有采取相应的措施,而是试图掩盖这一消息,使这种声音保持沉默,并试图阻止消息的传播,就像所有独才政权所做的那样。因此,和切尔诺贝利一样,大灾只有在它已经扩大时才被确认。现在全世界都知道,只要没有自由,真正的进步就会被严重削弱。那些相信中国榜样的傻瓜是否明白:伴有政治专治的自由市场,会是第三世界的好榜样吗?冠状病毒引发的一切会让盲人重现光明?这样的事不会发生。

在整个历史上,瘟疫一直是人类最糟糕的噩梦之一,特别是在中世纪,让我们的古老祖先绝望而疯狂。他们被封锁在为城市建造的坚固的城墙后面,被充满有毒水和吊桥的护城河保护着。他们并不惧怕那些能与他们公平作战,拿着剑,刀和矛的有形敌人。但是瘟疫不是人类,而是魔鬼的杰作,是来自上帝的惩罚,落在了大批公民头上,打击了罪人,也波及无辜者,惩罚那些不做祈祷和为所犯的罪悔改的人。死亡就在那里,是全能的,在它之后是永恒的地狱之火。在那个年代,非理性在四处爆发,有一些城市试图通过巫婆、巫师、异教徒、不悔改的罪人、叛乱者的献祭来平息瘟疫。当福楼拜前往埃及旅行时,他看到麻风病人在街上游荡,摇着铃铛,警告人们如果不想看到(染上)化脓性疮,就请走开。
这就是为什么瘟疫很少出现在中世纪的骑士小说里,也是骑士小说的一个积极的方面:总是有非凡的壮举,《提兰特·洛·布兰科》(Tirant lo Blanc ,西班牙著名骑士小说)独自一人就击败了庞大的军队。但是,骑士的敌人是人类,而不是魔鬼,而中世纪的人害怕的是魔鬼,是恶魔——那些隐藏在流行病中恶魔,对罪人和无辜者一视同仁的恶魔。
尽管文明取得了非凡的进步,但古老的恐怖并没有完全消失
尽管文明取得了非凡的进步,但那古老的恐怖并没有完全消失。众所周知,与艾滋病或埃博拉病毒一样,冠状病毒将是暂时的大流行病,发达国家的科学家将很快找到一种疫苗来防治它,所有这些都将终结,一段时间,它就变成了被人们遗忘的散发着霉味的旧闻。
但是,尽管科学和宗教安抚恐惧感,却从来无法消除它,在信徒的心底,总会有恐惧的残余,在某些时刻,它就会长大,变成大恐慌。人类到底会彻底灭绝还是永生?宗教所预言的:好人上天堂和坏人下地狱之间有很大的分野吗?有圣人、哲学家、神学家、科学家都不知道的其他形式的生存吗?
这些问题在正常的日常生活中仅停留于心灵的深处,瘟疫突然带来了这些问题。到了此刻,无论男人还是女人必须回应这些问题。我们所有人很难接受的是,生命拥有的一切美好事物,无论是过去还是将来的,都摆脱不了死亡,都将在某个时刻终结。可是如果没有死亡,生活将是无聊的,没有冒险或神秘感,经历不断重复,直到一切变得可怕和愚蠢为止。正是因为死亡,才有了爱、欲望、幻想、艺术、科学、书籍、文化这些使生活变得可忍受、不可预测和令人兴奋的东西。理性向我们解释了这一点,但非理性阻止我们接受它。瘟疫带来的恐怖毋庸置疑。
以下为西班牙语原文:
¿Regreso al Medioevo?
La peste ha sido a lo largo de la historia una de las peores pesadillas de la humanidad. El coronavirus será una pandemia pasajera. Lo que no pasará es el miedo a la muerte, que nos acompaña como una sombra
MARIO VARGAS LLOSA15 MAR 2020 – 00:32 CET
El coronavirus comienza a hacer estragos en España. O, mejor dicho, el espanto que causa ese virus proveniente de China ocupa todos los noticiarios y radios y periódicos, se cierran colegios y universidades, bibliotecas y teatros, se paralizan las Fallas de Valencia, se cancelan los plenos de las Cortes, los eventos deportivos se celebrarán sin público, pese a que los distribuidores dicen que habrá provisiones se ven semivacías las estanterías de los supermercados, lo que indica que la gente se carga de productos de primera necesidad para lo que entiende será un largo encierro, y, por supuesto, en las conversaciones privadas no se habla de otra cosa.
Todo esto, en términos prácticos, es muy exagerado, pero no hay nada que hacer: España tiene miedo y los Gobiernos, el nacional y los de las autonomías, salen al frente de la pavorosa enfermedad con medidas cada vez más estrictas que, de una manera general, los españoles aprueban e, incluso, exigen que sean más extensas e intensas. Es por gusto que las estadísticas oficiales digan que, hasta el 11 de marzo, hay apenas 47 muertes por culpa de la pandemia y que, por ejemplo, la simple gripe es más asesina que ella, pues causa por lo menos seiscientas muertes anuales, y que son muchos más los que se recuperan del coronavirus que los que perecen por culpa de él, que España tiene uno de los sistemas de salud mejores en el mundo —por encima de la media europea— y que el trabajo que vienen realizando los médicos y sanitarios en todo el país es eficiente y está a la altura del desafío, etcétera.
Jamás las estadísticas han sido capaces de tranquilizar a una sociedad roída por el pánico y ésta es una buena ocasión de comprobarlo. En medio de la civilización ha reaparecido la Edad Media, lo que significa que muchas cosas han cambiado desde entonces, pero muchas otras no. Por ejemplo: el miedo a la peste. Y, a propósito, la literatura tiene un renacer inevitable en esos períodos de miedo colectivo: cuando no entiende lo que pasa, una sociedad va a los libros a ver si ellos se lo explican. La peor novela de Albert Camus, La peste, tiene un súbito renacimiento y tanto en Francia como en España se hacen reediciones y ese libro mediocre se ha convertido en un best seller.
Nada de esto podría estar ocurriendo si China Popular fuera un país democrático y no la dictadura que es
Nadie parece advertir que nada de esto podría estar ocurriendo en el mundo si China Popular fuera un país libre y democrático y no la dictadura que es. Por lo menos un médico prestigioso, y acaso fueran varios, detectó este virus con mucha anticipación y, en vez de tomar las medidas correspondientes, el Gobierno intentó ocultar la noticia, y silenció esa voz o esas voces sensatas y trató de impedir que la noticia se difundiera, como hacen todas las dictaduras. Así, como en Chernóbil, se perdió mucho tiempo en encontrar una vacuna. Sólo se reconoció la aparición de la plaga cuando ésta ya se expandía. Es bueno que ocurra esto ahora y el mundo se entere de que el verdadero progreso está lisiado siempre que no vaya acompañado de la libertad. ¿Lo entenderán de una vez esos insensatos que creen que el ejemplo de China, es decir, el mercado libre con una dictadura política, es un buen modelo para el tercer mundo? No hay tal cosa: lo ocurrido con el coronavirus debería abrir los ojos de los ciegos.
La peste ha sido a lo largo de la historia una de las peores pesadillas de la humanidad. Sobre todo en la Edad Media. Era lo que desesperaba y enloquecía a nuestros viejos ancestros. Encerrados detrás de las recias murallas que habían erigido para sus ciudades, defendidos por fosos llenos de aguas envenenadas y puentes levadizos, no temían tanto a esos enemigos tangibles contra los que podían defenderse de igual a igual, enfrentarlos con espadas, cuchillos y lanzas. Pero la peste no era humana, era obra de los demonios, un castigo de Dios que caía sobre la masa ciudadana y golpeaba por igual a pecadores e inocentes, contra la que no había nada que hacer, salvo rezar y arrepentirse de los pecados cometidos. La muerte estaba allí, todopoderosa, y después de ella las llamas eternas del infierno. La irracionalidad estallaba por doquier y había ciudades que trataban de aplacar a la plaga infernal ofreciéndole sacrificios humanos, de brujas, brujos, incrédulos, pecadores sin arrepentir, insumisos y rebeldes. Cuando Flaubert viajó a Egipto, todavía vio leprosos que recorrían las calles tocando campanas para advertir a la gente que se apartara si no quería ver (y contagiarse) de sus llagas purulentas.
Por eso casi no aparece la peste en las novelas de caballerías que son otro aspecto, más positivo, del Medioevo: en ellas hay proezas físicas extraordinarias, el Tirant lo Blanc derrota él solo a gigantescos ejércitos. Pero los adversarios de los caballeros andantes son seres humanos, no diablos, y lo que el hombre medieval teme son los diablos, esos demonios que escondidos en el corazón de las epidemias golpean y matan sin discriminar a culpables e inocentes.
El viejo terror no ha desaparecido del todo, pese a los extraordinarios progresos de la civilización
Ese viejo terror no ha desaparecido del todo, pese a los extraordinarios progresos de la civilización. Todo el mundo sabe que, como ocurrió con el SIDA o con el Ébola, el coronavirus será una pandemia pasajera, que los científicos de los países más avanzados encontrarán pronto una vacuna para defendernos contra ella y que todo esto terminará y será, dentro de algún tiempo, una noticia mustia que apenas recordarán las gentes.
Lo que no pasará es el miedo a la muerte, al más allá, que es lo que anida en el corazón de estos terrores colectivos que son el temor a las pestes. La religión aplaca ese miedo, pero nunca lo extingue, siempre queda, en el fondo de los creyentes, ese malestar que se agiganta a veces y se convierte en miedo pánico, de qué habrá una vez que se cruce aquel umbral que separa la vida de lo que hay más allá de ella: ¿la extinción total y para siempre?, ¿esa fabulosa división entre el cielo para los buenos y el infierno para los malvados de un dios juguetón que pronostican las religiones?, ¿alguna otra forma de supervivencia que no han sido capaces de advertir los sabios, los filósofos, los teólogos, los científicos? La peste saca de pronto a estas preguntas, que en la vida cotidiana normal están confinadas en las profundidades de la personalidad humana, al momento presente, y hombres y mujeres deben responder a ellas, asumiendo su condición de seres pasajeros. Para todos nosotros es difícil aceptar que todo lo hermoso que tiene la vida, la aventura permanente que ella es o podría ser, es obra exclusiva de la muerte, de saber que en algún momento esta vida tendrá punto final. Que si la muerte no existiera la vida sería infinitamente aburrida, sin aventura ni misterio, una repetición cacofónica de experiencias hasta la saciedad más truculenta y estúpida. Que es gracias a la muerte que existen el amor, el deseo, la fantasía, las artes, la ciencia, los libros, la cultura, es decir, todas aquellas cosas que hacen la vida llevadera, impredecible y excitante. La razón nos lo explica, pero la sinrazón que también nos habita nos impide aceptarlo. El terror a la peste es, simplemente, el miedo a la muerte que nos acompañará siempre como una sombra.
这种论调在西方知识分子还挺普遍的,难道他们的书都要禁吗?人家是言论自由,有能耐写文章驳斥啊,或者抗议也没问题,禁掉和下架算怎么回事?只爱听赞美的人,在过去容易被赠以这样的形容词儿:昏聩。下一个下架的国外作家是谁?米兰·昆德拉?汉德克?还是所有诺奖作家一起下?